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¡Gracias!
¡Va por ti, Román!

Autora: Rocío Garrido Marcos

Queridos Reyes Magos:

Este año quiero pediros que el matrimonio infantil sea erradicado de la faz de la tierra, para que ninguna niña tenga que casarse con un hombre que podría ser su padre o su abuelo.

Que todas las creencias respeten su vida, su dignidad y su integridad física, para que ninguna sea mutilada extirpando su clítoris.

Que nunca más una menor de edad sea enterrada hasta los hombros y golpeada a pedradas hasta la muerte.

Os pido que todas las niñas del mundo accedan a la educación para que tengan igualdad de oportunidades e igualdad de derechos con respecto a los niños. Que sean iguales ante la ley y ante la sociedad para que cuando crezcan no tengan que elegir entre ser mujer y ser madre, entre hogar y profesión, entre amor y libertad.

Os pido un soplo de energía para esas niñas-mujeres embarazadas que han optado por tener a sus hijos, y un soplo de ternura para las que no se sintieron capaces.

Os pido que nunca más, tanto niños como niñas, sean vendidos, maltratados y explotados sexualmente.

Ignoro si tenéis reinas o sois padres de princesas, pero os pido de una vez por todas que os llevéis la violencia machista en vuestros camellos y la arrojéis a los abismos del olvido, y si ello es posible y os fuera otorgado, devolvednos esa paz que un día desapareció de nuestros corazones y de nuestra sociedad.

Os pido que dejéis de traer juguetes para niños y juguetes para niñas.

Os pido que dejéis más regalos a los niños pobres que a los pobres niños que no tienen más que juguetes.

Os pido que no traigáis juguetes bélicos.

Os pido que no discriminéis por sexo, raza o nacionalidad, y mucho menos por el dinero que manejan sus padres, que seáis mas generosos con quienes menos tienen y que además de los juguetes, les dejéis un poco de sabiduría y felicidad para cuando sean mayores.

Llevaros para siempre el mal trato y a los maltratadores, la explotación y a los explotadores, a los corruptos y a quienes les absuelven y les indultan. Devolvednos la justicia, la fe y la solidaridad que nos han sido arrebatadas y sobre todo, limpiad nuestros corazones del odio, la envidia y el resentimiento.

Llevaos también la ansiedad, la angustia y la desidia. Devolvednos la inocencia, la pureza y la compasión que un día perdimos por los avatares de la vida.

Que este año vuestros camellos vuelvan a Oriente cargados con todas nuestras miserias, y allí las queméis en una hoguera gigantesca en ofrenda a esos dioses oscuros que a veces anidan en nuestra mente y que nos impiden ver la luz. Ójala el año que viene vuestro viaje de regreso sea mucho más liviano.

Que la contaminación luminosa no os haga perder el camino de las estrellas y que el amor, la piedad y la coherencia sustituyan al oro, el incienso y la mirra que siempre han acabado en manos de los mismos.