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Síndrome postvacacional infantil

Autora: Montserrat Sanz García

Se acabó el verano, el tiempo de ocio, de playa y piscina, de bicicletas y juegos. Comienza el colegio y la vuelta a la rutina supone un cambio drástico en la anarquía de horarios y costumbres que se han implantado en vacaciones. Y los medios de comunicación echan mano de un nuevo “síndrome” para dar mayor empaque a la noticia de la vuelta al cole.

Muchas veces me he mostrado contraria a ésta tendencia a patologizar procesos que no son sino los normales de cualquier experiencia vital. Que implican cambios sí. Pero es que el ser humano tiene capacidad para adaptarse a esos cambios. De hecho medimos la inteligencia del ser humano por su capacidad de adaptación.

Por eso que hablemos ahora de “Síndromes postvacacionales…” para referirnos al proceso normal que grandes y pequeños hemos de llevar a cabo para cambiar actividades y rutinas, resulta inadecuado y desproporcionado.

Los niños suelen acoplarse rápidamente a las rutinas escolares. Para cada niño éste tiempo de adaptación variará, y también lo hará en función de la actitud de los padres ante las nuevas rutinas.

Los niños, cuya capacidad de adaptación supera con mucho la de los adultos, suelen acoplarse rápidamente a las rutinas escolares. Dependiendo de cada crío éste tiempo de adaptación variará. Y también lo hará en función de la actitud de los padres ante las nuevas rutinas.

Si el niño percibe que para los padres la vuelta al cole supone una situación desagradable y/o problemática, lógicamente le provocará un rechazo que le llevara exhibir comportamientos de evitación y de resistencia (no querer levantarse para ir al cole, llantos, quejas, problemas psicosomáticos, etc.). Por eso lo mejor para favorecer una adaptación positiva a la vuelta a la rutina es generar un ambiente y una actitud propicia, que ayude al niño a ver lo positivo de volver al cole y a sus actividades habituales.

Para ayudar a la adaptación es bueno motivar al niño ante el nuevo curso, hablarle de lo positivo de ver de nuevo a sus amigos de clase, de empezar en un curso superior, …

librosMotivar al niño ante el nuevo curso, dejándole participar en los preparativos de compra de libros, material escolar, uniformes, etc. Hablarle de lo positivo de ver de nuevo a sus amigos de clase, de empezar en un curso superior, de las actividades tan interesantes en que va a poder participar…Y sobre todo, que vea que para los padres “volver a la rutina”(a su rutina, a su trabajo) no es vivido como algo dramático y que desearíamos evitar, sino como el reinicio de algo gratificante y necesario.

El otro día, me decía un padre que su hijo de 10 años llevaba toda la semana quejándose porque no quería volver al cole, que quería “que sean siempre vacaciones, papa”…Lo curioso del asunto es que le sorprendía la actitud del niño cuando él mismo llevaba 15 días haciendo comentarios similares con respecto a su vuelta al trabajo: “solo de pensar en que tengo que ir a trabajar se me amargan las vacaciones…,con lo bien que estoy ahora y que tenga que ir a trabajar…, ya dijo Dios que el trabajo era una maldición divina…”(y similares). Parece que se nos olvida que el aprendizaje se lleva a cabo no solo por experiencia propia, sino también por lo que vemos como modelo de comportamiento en otros, particularmente en nuestros padres. Así que seamos modelos positivos para nuestros hijos. Acostumbrémosles a que a lo largo de la vida van a ser muchos los cambios a los que se tengan que enfrentar, pero que ello no debe ser un problema en absoluto sino un nuevo reto que les sirva para probarse a sí mismos, aprender y crecer como personas.

Dejémonos de “Síndromes” y normalicemos más. Nos ira mejor y nos será más útil.