La Dirección General de Innovación y Equidad Educativa resolvió seleccionar, para su desarrollo, un interesante proyecto sobre Inteligencias Múltiples en Educación Infantil.

La Consejería de Educación de la Administración General de la Comunidad de Castilla y León ha apostado por un modelo de formación basado en las competencias profesionales del profesorado. Una de ellas, la competencia en innovación y mejora, reconoce la capacidad para planificar, diseñar y contextualizar las investigaciones educativas y aplicarlas al aula.

Para ello convocó la selección de un máximo de cinco proyectos de investigación educativa a desarrollar por equipos de profesores de centros docentes de la Comunidad de Castilla y León. Este proyecto ha sido seleccionado (de un total de treinta presentados en toda la comunidad autónoma) y está siendo desarrollado por un equipo formado por cinco docentes (tres del CEIP Nuestra Señora del Villar y dos  profesores de la Universidad de Valladolid).

La propuesta de investigación que se está realizando parte de un análisis de la realidad educativa que permitirá dar respuestas a muchos interrogantes derivados de las acciones educativas y tomar decisiones en consonancia con los resultados

La propuesta de investigación que se está realizando parte de un análisis de la realidad educativa que permitirá dar respuestas a muchos interrogantes derivados de las acciones educativas y tomar decisiones en consonancia con los resultados, aportando objetividad, planificación y sistematicidad a todo el proceso.

Como docentes comparten las ideas propuestas por Gardner que señalan que es muy importante “reconocer y alimentar todas las inteligencias humanas y todas las combinaciones de inteligencias que cada uno poseemos. Si reconocemos este hecho, creo que al menos tendremos más posibilidades de enfrentarnos adecuadamente a los numerosos problemas que se nos plantean en esta vida» (Howard Gardner, 1987).

            El origen del concepto de «inteligencia» data de 1904, cuando el Ministro de Educación francés encargó al psicólogo Alfred Binet y un grupo de homólogos un método para determinar y cifrar qué alumnado era susceptible de fracaso escolar, para así poder ofrecerles atención específica. Varios años después, los test de inteligencia creados se extendieron a Estados Unidos, hasta que, en 1983, Howard Gardner («Estructuras de la mente») propuso la existencia de al menos siete inteligencias múltiples (las cuales amplió a nueve en 1999): lingüística o capacidad de utilizar tanto el lenguaje oral y escrito como el metalenguaje, lógico-matemática o capacidad de utilizar los números y razonar bien, espacial o capacidad de visualizar ideas, cinético-corporal o de dominio del propio cuerpo, musical o capacidad de percibir la música de modo global, interpersonal o de gestión social eficaz, intrapersonal.

Así pues, aunque las inteligencias funcionan juntas de modo complejo, siempre interactúan entre sí en cada tarea o contexto que el niño realiza, existiendo muchas maneras de ser inteligente; dada la rica diversidad con la cual cada individuo manifiesta sus habilidades. La teoría de las Inteligencias Múltiples puede influir de forma considerable en el  comportamiento del profesor con los alumnos en clase, creando un entorno en el que se reconozcan y atiendan las necesidades individuales y sea menos probable que los alumnos se sientan confusos, frustrados o estresados.

En la actualidad, en la Ley de Educación actual, (LOMCE, Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, BOE 10/12/2013) las Inteligencias Múltiples se reflejan bajo la denominación de siete competencias clave que «favorecen los propios procesos de aprendizaje y la motivación por aprender», siendo una «propuesta de aprendizaje» que apoyará «la vinculación entre la formación y el desarrollo profesional».

            Es importante señalar que las implicaciones de la teoría de las Inteligencias Múltiples van mucho más allá de la formación en el aula, ya que transmite a los educadores el claro mensaje de que los alumnos que acuden a la escuela cada día deberían poder vivenciar experiencias que activen y desarrollen todas sus inteligencias, no sólo las habilidades verbales y básicas de la escuela tradicional, «evaluando su desarrollo regularmente de manera neutra» (Gardner, Goodman y Perkins, «Proyecto Zero», 1967; y Gardner, Feldman y Krechevsky, «Proyecto Spectrum» 1998).

             En este proyecto de investigación se propone realizar una escala de validación (partiendo de una revisión bibliográfica y documental previa) que permita identificar las capacidades de los alumnos de Educación Infantil entendidas en clave de inteligencias múltiples partiendo de las ideas de Howard Gardner. El propósito es investigar un modelo eficaz de inteligencias múltiples. Éste sólo puede generarse con una implicación, consciente y auténtica, tanto de profesores como de alumnos, de familias e instituciones educativas de la comunidad.

Este proyecto propone un cambio metodológico que considera el aprendizaje como un proceso activo, vivencial y autónomo

Así mismo este proyecto propone un cambio metodológico para el desarrollo de dichas capacidades que refleje los principios de Decroly (1927) (Hamaïde, A. 1930), el multisensorial propuesto por Montessori (1922,1943,1949) y otros autores del movimiento conocido como “Escuela Nueva” como Giner de los Ríos (Prieto y Ballester, 2001)  que consideran el aprendizaje como un proceso activo, vivencial y autónomo y defienden la necesidad de respetar los intereses y la actividad del niño adaptando los contenidos curriculares a las diferencias individuales y motivacionales de los alumnos en una enseñanza globalizada dentro del método socrático, permitiendo el desarrollo de un pensamiento crítico mediante la vivenciación de los aprendizajes.

Por tanto se presenta una doble vía de investigación que supone su reto: 1) determinar las capacidades de los alumnos para responder de la manera más eficaz a sus demandas y necesidades individuales y 2) adoptar un modelo metodológico eficiente basado en las inteligencias múltiples que parta de la realidad del contexto educativo (y curricular) propio de las aulas del colegio.

Este proyecto supone un primer paso para un cambio real en la metodología de las aulas. Como docentes desean que los alumnos alcancen el máximo de sus capacidades, dominen la materia y disfruten con los aprendizajes. En E. Infantil, además, se ofrecen oportunidades de vivir y explorar cada una de las áreas de conocimiento de una manera lúdica, vivencial y significativa. Para poder iniciar este camino de cambio, gracias a la convocatoria de participación, se cuenta con el asesoramiento del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Valladolid, el Centro Superior de Formación del Profesorado de Soria, y la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.