Roberto Novo Martín
El pasado 30 de mayo, algunos miembros de la Asociación Ateneo realizamos una excursión por el pinar de Laguna, acompañados de Pablo Perucha, naturalista, que nos fue mostrando el entorno natural. Como consecuencia de la ruta realizada nace el presente artículo.
Paseando por el Pinar de Laguna
Continuando con la serie de artículos sobre rutas de senderismo existentes en Laguna de Duero que nos hemos propuesto mostrar, para así seguir dando a conocer diferentes lugares de nuestro entorno, vamos a abordar en esta ocasión una de las rutas más largas que podemos realizar en nuestro municipio. Esta es la que discurre desde la plaza de toros, pasando por el pinar de Laguna y transcurriendo luego por la acequia. En total son unas 3 horas y media de recorrido, con varias paradas para ver diferentes elementos naturales.
En esta ocasión nos acompaña y dirige la caminata el reputado naturalista Pablo Perucha, vecino de Laguna de Duero, y creador junto con José Antonio García Alfonso y Luís Carlos Fernández García, de las rutas senderistas que podemos ver en la página web del Ayuntamiento (ver aquí). Pablo es ingeniero agrícola, técnico de campo y trabaja en un departamento de calidad de una cooperativa agraria. Pertenece a varias asociaciones ecologistas, entre ellas Ascel, que se dedica al estudio y conservación del lobo ibérico, y donde está muy activo. También pertenece a Greenpeace, a la Plataforma para la defensa de la Cordillera Cantábrica y una asociación ornitológica de ámbito provincial (Alauda).
Comenzamos la ruta, como ya hemos indicado, en la plaza de toros de Laguna, y vamos dirección al pinar, pasando junto al recinto ferial y al lado del punto limpio por la calle de la Cañada de la Nava. Pasado el punto limpio, vamos por el camino situado a la izquierda, llamada la Senda del Álamo. Vamos viendo aquí varios árboles frutales en sus márgenes.
En este punto pasamos de un ecosistema urbano, donde predominan especies como el gorrión o la urraca, a uno agrícola, antes de llegar a la zona de pinar. En esta zona de cambio, donde se ubican una serie de huertas, vemos en las zonas no cultivadas de la izquierda juncos churreros. Esto denota la cercanía del agua a la superficie, ya que Laguna de Duero es una zona de descarga del acuífero de los Arenales (que se extiende por una vasta extensión por todo el sur de la provincia de Valladolid), y por eso se generó el lago que da nombre a nuestro municipio. También podemos ver en ese margen izquierdo un Taray, que es una especie arbórea típica de terrenos húmedos y salinos, y el único detectado en nuestro municipio. Recordar que antiguamente en el lago existían unas salinas, de donde se sacaba sal que vendían luego a los curtidores de cuero de Tierra de Campos. El agua es salina por todos los materiales que se arrastraban desde el Sistema Central, y a través del acuífero, hasta este punto de la zona del Duero.
Seguimos el camino dirección al pinar. Al fondo ya se divisa la masa de pinos mixta, tanto con el tipo negral (resinero), como albar (piñonero). El pino negral se diferencia del albar porque su copa está más extendida y más vertical, y no tiene una forma tan redondeada (parasol) como el albar, y además su tesela (o roña, como se llama en los municipios de alrededor) es mucho más oscura. También divisamos alguna encina, aunque en este tramo existen pocos ejemplares de este árbol, y se dan más en el sotobosque cercano a las vías del tren que nos encontraremos más adelante. En su tiempo había mucha más encina en toda esta zona, pero se fue favoreciendo gradualmente a las especies de pino que, en principio, resultaban más rentables. Se ha demostrado con estudios de polen fosilizado, que no es que se sustituyeran las encinas por pino, sino que convivían ambas juntas, con ciertas manchas de bosque de cada especie, a lo largo de estas tierras.
Comenzamos aquí a avistar algunas especies arbustivas y de plantas.
La primera que vemos es la denominada “Hierba del Entomólogo o Candileja”. Nos explica Pablo, que es una planta con una flor amarilla que llama mucho la atención a los insectos y que se pueden refugiar en ella. Pertenece a la misma familia que la zanahoria silvestre (Umbelíferas), pero esta última de flor blanca y con un ciclo de vida bianual (las plantas pueden ser plurianuales, bianuales o simplemente anuales, dependiendo de la vida que tengan), el primer año emite flor (“se sube a macho”, según la jerga agrícola) y el segundo emite el fruto.
Una vez ya nos adentramos en el pinar, nos encontramos con dos y tras llegar a un pequeño claro, encontramos un antiguo mojón (señal de piedra) donde cogeremos la bifurcación de la derecha, comenzando el camino viejo de Puente Duero.

Camino Viejo de Puente Duero
En este tramo seguiremos viendo más especies vegetales, entre las que destacan el jazmín, espino blanco (sus frutos son muy importantes para la vida silvestre en invierno), rosal silvestre, torvisco (en algunas zonas se ata en la cola del cordero para frenar la descomposición estomacal, y antiguamente se utilizaba como medio de pesca ya que su resina es tóxica y ataca el oxígeno del agua con lo que se envenenaba a los peces, los cuales al rato se podían coger) y la planta de lavanda (planta muy aromática, utilizada para creación de esencias).
En un lateral del camino nos encontramos con lo que ha sido una comilona en toda regla. Es complicado adivinar el comensal, ya que unas plumas aparecían arrancadas (lo que delataría la presencia de un ave rapaz) y otras estaban rotas en la parte de la caña (por lo que podría ser un zorro u otro animal similar).
En toda esta zona se pueden escuchar los cantos de algunas aves como picos picapinos, carboneros, herrerillos, etc.
En la siguiente bifurcación debemos seguir por la izquierda y continuamos recto sin desviarnos del camino, hasta un cruce de caminos en el que se abre claridad entre los árboles y en el que se sitúa un nuevo mojón. En este punto, Pablo nos da una nueva explicación, sobre la importancia de los cruces de caminos y los lugares más visibles en las zonas ocupadas por carnívoros, ya que son lugares propicios para que estos animales marquen su territorio, tanto con orines, como con heces o rascaduras, las cuales se pueden ver fácilmente en esta zona, e incluso encima del mojón.
Queremos hacer en este punto una denuncia pública sobre la situación en la que muchos momentos se encuentra el pinar, con suciedad y restos que deja el hombre, repartidos a lo largo y ancho del mismo. Estos restos de plástico aislante de la foto siguiente, parecen cables de la obra del AVE próxima a este pinar, del que han sustraído el cobre y han dejado aquí los sobrantes. Además encontramos otros restos, que pensamos, podrían eliminarse con alguna batida que se realice por parte del ayuntamiento con equipos de limpieza, como mantenimiento a este incomparable entorno.
Continuamos en este cruce por el camino de la derecha, y caminamos unos cien metros, lugar donde finaliza este tramo. Aquí se cruza con una pista amplia y de buen firme, la cual hace de cortafuegos. Debemos girar hacia la izquierda dirección hacia la acequia de Puente Duero (esta proviene de un ramal de la acequia de Laguna), la cual se ve al fondo ya que esta bordeada por una línea de chopos. Dejaríamos a nuestra derecha la línea férrea.
En este tramo comienza a abundar la encina y las carrascas, y nos encontramos rastros de conejos y más plantas para anotar en nuestra lista, como pueden ser la viborera (se puede utilizar para varios usos medicinales), la Hierba Pastel (también con varios usos medicinales) y la lechetrezna (esta es muy curiosa, pues se utilizaba antiguamente para las verrugas, aunque es muy tóxica).
En épocas más húmedas, en los laterales del camino de esta zona, podemos encontrar rastros de pisadas de animales como el corzo, el jabalí, etc.
Una vez llegamos a la acequia de Puente Duero, giramos a la izquierda y seguimos el camino que discurre junto a la valla que nos separa de la misma. Este tramo dispone de mucha vegetación debido a la humedad que existe por la presencia de esta conducción de agua. Aquí podremos encontrar aves como el petirrojo o ruiseñores, y la presencia de mucho insecto, de los cuales se alimentan estas aves.
A lo largo de esta acequia podemos ver cantidad de sifones que ahora se encuentran en desuso, los cuales se utilizaban para regular las aguas o salvar los caminos con los que se cruzaban.
En esta zona, se pueden ver en los pinos, ardillas (muy comunes en esta zona), y nidos o bolsones de la oruga procesionaria (esta oruga tiene un ciclo muy característico: en abril o mayo bajan del nido en procesión unas detrás de otras, la primera siempre es una hembra, y van en fila india, hasta que se meten debajo de la tierra y ahí comienzan a transformarse en mariposa. En agosto salen a la superficie y viven 3 días, en los que ponen sus huevos después de copular por la noche, al ser mariposas nocturnas. La puesta de huevos comienza a crecer formándose el bolsón, y así comienza de nuevo el ciclo).
En los laterales de este camino podemos ver replantaciones de diferentes árboles, lo cual se ha realizado por la obligación que tienen las empresas que gestionan las graveras al retirarse, de rellenarlas y poner vegetación con unas ciertas características, para realizar una mejora ambiental. Éstas como vemos, cumplen hasta el momento de tener un mantenimiento con los futuros árboles, dejándoles secar y perecer.
Seguimos por el camino anexo a esta acequia, hasta llegar al punto donde nace. Allí se encuentran cercanas las conocidas cascadas de la acequia de Laguna, y hacemos una parada para reponer fuerzas y poder terminar el camino, aunque ya nos quedaba poco.
Una vez terminadas las viandas, seguimos en dirección al casco urbano por el camino habilitado para peatones en un lateral de la acequia de Laguna, el cual esta bordeado por una exuberante vegetación. Una vez llegados al cruce con la cañada de las lobas, tomamos esta, hasta llegar de nuevo al punto de partida de esta inmejorable caminata.
Charla con Pablo Perucha sobre el medioambiente en Laguna de Duero
Finalizada la marcha charlamos un rato con nuestro distinguido guía, Pablo Perucha, sobre el trato que se le da al medio ambiente en Laguna de Duero y sobre que cuestiones cree se deberían mejorar en nuestro municipio.
Pablo piensa que en Laguna hay mucho que mejorar y que hemos ido siempre muy atrás. Así pone el ejemplo del tema de las graveras, que no se cumple con la obligación de plantar pinos o almendros. Se ha quedado en un mero papel, se han plantado las especies y no se ha hecho el mantenimiento para que esas parcelas recuperen su estado original.
Por otro lado nos habla de los vertidos de aguas residuales que se echan al Duero sin depuración, que aunque parece ser que ya se va a conectar con la EDAR de Valladolid para su gestión, se ha estado contaminando nuestro río durante mucho tiempo, y pagando cuantiosas multas con el dinero de todos, ya que era menos costoso ésto que poner una solución.
También comenta sobre los vertidos incontrolados que existen en los pinares, tanto de construcción como plásticos, que deberían de tratarse y limpiarse de estos.
Se le pregunta sobre el estado de los pinares por su abundancia de maleza y ramas secas, por la posibilidad de incendios, y por si cree que debería de hacerse una limpieza en profundidad. Nos contesta que debe de hacerse controladamente, puesto que cuando se oliva, se produce en exceso e intensivamente, y se “estropean” los hábitats y zonas de refugios de los diferentes animales que habitan en la zona.
Nos hace un comentario sobre los tablones puestos por los responsables del coto de caza que linda con la acequia, en los que se puede leer la advertencia explícita del peligro, que según el propio coto de caza, corren los senderistas en el periodo cinegético. Claramente es una amenaza velada de poder recibir un disparo perdido si se anda por este coto, cuando realmente las precauciones deben de tomarlas quien lleva un arma por el campo. Recuerda además que estas rutas de senderismo han sido promocionadas por el propio ayuntamiento para el disfrute de las personas.
Habla, como no puede ser de otra manera, del lago. No sabe cómo debe de estar en estos momentos el nivel de calidad del agua del lago, pero lo que si está claro es que en su día venían aves hibernantes a pasar el invierno en sus aguas, y hasta no hace mucho incluso parejas de somormujos, y por diversos motivos, como que se ha antropizado demasiado el entorno y se ha orientado al disfrute y recreo de la población, se han perdido mucho las zonas donde nidificaban esas aves, como la de juncos, la cual se debería de recuperar para que vuelvan las aves a pasar el invierno, y podría ser un motivo también para fomentar el turismo ecológico. Por lo que propuestas como la de poner un barquero en el lago, chocarían frontalmente contra esta medida de mejora ambiental.
Sobre la mejora ambiental que se quiso realizar en la acequia, comenta que se quería meter en el proyecto plantas que no eran autóctonas, con los problemas que acarrea eso para la biodiversidad existente, he incluso había alguna planta tóxica. Por lo que piensa que si se quiere realizar algún plan de mejora o reforestación en la zona, debe hacerse con plantas autóctonas y que no sean de jardinería, ni de otros lugares que no tengan relación ecológica con este.
Por último nos comenta, que le ha llegado a sus oídos que hay algún cazador furtivo en la zona del pinar, que está dedicándose a matar corzos, sin estar estos incluidos en ningún plan cinegético. Por lo que quiere hacerse eco de esta situación y plantear una denuncia pública contra este tipo de actuaciones deleznables contra nuestro patrimonio natural. El ayuntamiento debería tomar cartas en el asunto y montar una investigación con agentes medioambientales.
Sin más, agradecerle la colaboración a Pablo Perucha, y simplemente decirle, hasta otra.
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