Autora: Pepa Prieto Martín
El pasado día 17 de noviembre Ateneo, dentro de su programación de senderismo, organizó una ruta por la Tuerces y el Cañón de la Horadada. La misma se había ofertado con anterioridad suficiente tanto a los socios de Ateneo como al público en general a través de la publicación en esta revista y la colocación de carteles en distintos puntos del municipio.
A la hora convenida, las 8 de la mañana, el autobús partió puntual de Laguna con 44 personas rumbo a Olleros de Pisuerga. Previamente a nuestra llegada al destino, se hizo una paradita para tomar un café y degustar las riquísimas pastas con las que el Obrador Castellano, uno de nuestros patrocinadores, nos obsequia en cada salida.
Ya en Olleros fuimos recibidos por Mila, nuestra guía a lo largo del recorrido. La mañana estaba espléndida, sol radiante y buena temperatura por lo que, sin más dilación, iniciamos la caminata atravesando el puente sobre el río Pisuerga y tomando un camino a la derecha nos adentramos en un bonito sendero que nos llevó hasta las cuevas de la roca y la meseta que está por encima del Cañón de la Horadada. Así, desde la altura, pudimos disfrutar de las impresionantes gargantas de origen kárstico atravesadas por el río Pisuerga. ¡Todo un espectáculo!
La ruta continuó hasta los pies de la meseta rocosa de la Tuerces. Subimos por una cuestecita zigzagueando pues, aunque no muy larga, era bastante pronunciada. Una vez arriba se abrió ante nosotros el laberíntico paisaje que la erosión de la roca caliza ha ido creando a lo largo de millones de años: paredones, cortados, setas, agujeros, callejones… incluso una mesa monolítica denominada Peña Mesa, que se ha convertido en el emblema de esta curiosa zona. Por supuesto, allí nos hicimos la foto de grupo pues estábamos ante uno de los hitos más singulares del recorrido.
Después de admirar este paisaje de alto valor geológico, descendimos de esta plataforma por un camino hasta el Castillo de Gama, que se levanta sobre la meseta de Recuevas, en las estribaciones de las Tuerces. Se trata de una pequeña fortaleza roqueda que conserva parte de sus muros y la torre del homenaje. Allí, con unas vistas privilegiadas sobre la montaña palentina, dimos cuenta de nuestras viandas. Nunca falta un buen vino para compartir, incluso con bota…y algunos hasta se llevan el chupito digestivo para la sobremesa….
Finalmente, bajamos al pueblo de Gama cuyo nombre viene del topónimo cántabro “Garma”, que significa el lugar situado en terreno abrupto, fácil de despeñarse. Desde allí, después de adecentarnos, pues ya había finalizado nuestra parte andarina del día, el autobús nos acercó nuevamente a Olleros donde pudimos visitar la ermita rupestre de esta localidad, iglesia de los Santos Justo y Pastor, cuya singularidad radica, según nos explicó el guía turístico que la enseña, en que su interior imita la estructura y volúmenes típicos de una iglesia románica con dos naves, acabadas en ábsides semicirculares con bóvedas de cañón apuntado que simulan estar sujetadas por arcos fajones, también tallados en la roca natural. ¡Una joyita!.
Como nos gusta aprovechar hasta el último rayo de luz y no perdernos nada interesante a nuestro alrededor, rematamos la jornada visitando la villa galletera de Aguilar de Campoo, capital de la comarca, que luce espléndida y engalanada para acoger la exposición de “las edades del hombre” que, con el título ‘Mons Dei’, profundiza en el rico significado de la montaña dentro de la tradición simbólica cristiana y de la extensa historia religiosa de la humanidad.
Qué rica esa cerveza a orillas del Pisuerga viendo el otoño amarillear. Bonito colofón a un día de senderismo y cultura compartido con un grupo de gente genial.
¡Hasta la próxima amigos senderistas!
Fue un día espléndido, por el lugar y todos los acompañantes. Es mi primera salida con vosotros, y muy bien, gracias
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