
Otros libros comentados:
· Tres días y una vida, de Pierre Lemaitre
· Sinuhe el Egipcio, de Mika Waltari
· Lección de anatomía, de Marta Sanz
· Pastoral americana, de Philip Roth
· El orden del día, de Eric Vuillard
· Medio sol amarillo, de Chimamanda Ngnozi Adichie
· El Jarama, de Rafael Sanchez Ferlosio
· El gigante enterrado, de Kazuo Ishiguro
· Todo cuanto ame, de Siri Hustvedt
· Canada de Richard Ford y Libertad de Jonathan Franzen
· Memorial del convento de Jose Saramago
· Intemperie de Jesús Carrasco
· En la orilla de Rafael Chirbes
· Suite Francesa de Irene Nemirovsky
· ¿Por qué fracasan los países? de Daron Acemoglu
A continuación publicamos una reseña del último libro leído este invierno en el taller de lectura del Ateneo Socio Cultural de Laguna de Duero. Desde esta página animamos a todas aquellas personas interesadas en compartir sus experiencias con la lectura a participar en el taller. Quien desee más información puede solicitarla en la siguiente dirección de correo electrónico: ateneosclaguna@gmail.com
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Autor del artículo: Yara Labrador
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Este libro llegó a mis manos como otras veces por la recomendación de “mi librero preferido”. Y, como siempre, le hice caso, porque si un librero es de los buenos, sus recomendaciones suelen ser oro.
El silbido del arquero nos cuenta La Eneida y las circunstancias en las que Virgilio la escribió, en un momento de la historia de Roma muy concreto y bajo el encargo del emperador Augusto, nada menos. ¿Quién le dice que no a alguien con el poder supremo cuando te encarga “la gran historia de tu pueblo”?
La Eneida es la otra cara de La Odisea, menos conocida, claro, porque en vez de contar la vuelta a casa del vencedor, Ulises, nos cuenta la huida de un vencido, Eneas. Por situarnos. Tras la conquista de Troya, Eneas escapa con su hijo y un puñado de hombres con la idea de fundar otra ciudad. En el camino, naufragan delante de una ciudad emergente (la futura Cartago) donde gobierna una reina que también huyó, Elisa.
Hay amor, luchas, amistad… pero Eneas tiene un destino: fundar Roma. Así que debe ser una historia épica, con un héroe indiscutible. Sin embargo, la autora nos muestra también a un Eneas humano, con sus dudas y debilidades.
A señalar la presencia de dos personajes femeninos cruciales. La reina Elisa y Ana. Nos muestran otro lado de la historia, siempre protagonizada por hombres.
Como último apunte, ¿no resulta curioso desde el punto de vista histórico para dos ciudades como Roma y Cartago que se odiaron profundamente tener en común la historia de su fundación?
Conclusión: recomendación absoluta.
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