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A continuación publicamos una reseña del último libro leído, y comentado, en el taller de lectura del Ateneo Socio Cultural de Laguna de Duero. Desde esta página animamos a todas aquellas personas interesadas en compartir sus experiencias con la lectura a participar en el taller. Quien desee más información puede solicitarla en la siguiente dirección de correo electrónico: ateneosclaguna@gmail.com
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Autor del artículo: Javier Noriega
El penúltimo título que los miembros del taller de lectura del ASC La Fragua han realizado ha sido Memorial del convento, del portugués José SARAMAGO, Premio Nóbel de Literatura en 1998, fallecido en 2010.
Quien esto escribe debe de confesar de antemano dos cosas. Primera, que ha leído prácticamente toda la obra de este autor a raíz de la lectura -en un ya lejano 1988- de este título y, segundo, que es un fanático del mismo como puede fácilmente deducirse.
De la peripecia de la historia tenía un recuerdo vago. Salvo el “¿Cuál es su gracia?” que Blimunda dirige a Baltasar al comienzo de la novela para preguntarle su nombre y el bellísimo pasaje en el que estos dos mismos personajes se encuentran de noche, iluminados por la luna, en la explanada del convento de Mafra rodeados de las enormes estatuas que deben decorarlo, el resto de la historia era un maremágnum informe. Y se ha alegrado de ello porque la relectura se ha convertido casi en otra primera lectura de la que ha disfrutado tanto (¡o más!) que de la inicial.

Memorial del convento de José Saramago
En aquel 1988, carente de Internet, no pude profundizar en la inmensa erudición, en la precisión histórica que contiene Memorial del convento. Se trata de una novela de ficción histórica en la que los hechos narrados y el contexto se atienen fielmente a la historia: existieron el rey João V, Alessandro Scarlatti, la reina María Ana de Austria, Bárbara de Portugal, el infante D. Pedro o Fernando V y son narrados conforme dice la historia. Pero es también un relato social pues, como la historia en sus modernas tendencias, relata la intrahistoria de los que nos han contado y vemos en la actualidad, sus protagonistas agónicos, aquellos que con su sufrimiento, su trabajo y su hambre hicieron posible que un guía turístico nos diga en la actualidad “el monumento que está ante ustedes, este convento de Mafra, fue construido por João V en cumplimiento de una promesa”.
Memorial del convento es una novela de amor, de camaradería, de compromiso, de sacrificio y de búsqueda, de superación
Y, por encima de todo, Memorial del convento es una novela de amor, de camaradería, de compromiso, de sacrificio y de búsqueda, de superación. SARAMAGO escribe esta novela en estado de gracia, nada hay en ella que tropiece, que exceda; cada línea es de una maestría y de una profundidad encomiable. Nos informa de la sociedad portuguesa en su conjunto a comienzos del siglo XVIII, de sus influencias, del día a día de sus gentes: todo nos es descrito. Comienza y acaba con un auto de fe en el que son quemados algunos herejes; nos narra –como ocurrió en España- el destino de las inmensas riquezas que venían de las colonias (Brasil. Goa, la India en el caso de Portugal), del derroche fantástico de los monarcas absolutistas, de las fatigas, miserias y paciencia de los súbditos de éstos. Y todo narrado con un estilo tan perfecto que el autor logra hacernos creer que nosotros también somos protagonistas y que nos encontramos en aquella Mafra o en esa Lisboa del XVIII. O bien que el lector también escribe la obra como si ésta fuese la producción de un autor múltiple. SARAMAGO lo logra convirtiéndose en “autor cómplice” (“Se va Scarlatti, quien sabe si volverán a verlo”), haciendo continuas confidencias y guiños al lector, interpelando constantemente a su inteligencia, poniendo en las páginas aquello que el lector está pensando. Y esto lo logra también SARAMAGO por el uso constante de la primera persona del plural, haciendo pensar –y sentir- al lector que él también escribe, que también es actor, parte necesaria y protagonista de una narración escrita conjuntamente. SARAMAGO es cálido como quien cuenta una historia y no deja de interpelar al oyente haciéndole partícipe y protagonista del relato. Y este mismo estilo va a ser una constante en la obra posterior del autor.
Recomiendo, por último, la visita virtual a través de Internet al convento-palacio de Mafra, mezcla de Escorial y de Versalles, donde puede apreciarse el lujo desmedido de la obra frente a la miseria de la mayor parte de la sociedad civil portuguesa de comienzos del siglo XVIII.
Más información sobre José Saramago y su libro en: https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Saramago y https://es.wikipedia.org/wiki/Memorial_del_convento
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Ya tengo que leer este libro.
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