BORRÓN Y CUENTO VIEJO
«Muchos hombres cometen el error de sustituir
el conocimiento por la afirmación de que es verdad
lo que ellos desean» (Bertrand Russell)
Lo que es verdad es verdad.
Mentira lo que es mentira.
Mas no hay verdad absoluta
que pueda ser defendida
desde el parcial conocer…
pues a veces lo convenido
como saber encumbrado
no es más que el resultado
de la oculta conveniencia…
Conviene hurgar en la Historia
mirando con ojos propios,
y con ellos bien abiertos,
pues tengo la sensación
que de todo lo contado
muy poco sería cierto…
En sus líneas y renglones
los históricos anales
adolecen de borrones,
ya que el sumiso escribano,
con recta o torcida mano,
escribió según mandato
del amo que lo nutría,
y aun sabiendo que mentía
prefirió seguir viviendo,
prefirió seguir comiendo,
y le importó tres …
que lo blanco fuera negro
o lo negro fuera blanco,
contribuyendo al error
de que quien vence es el bueno.
EN MEMORIA
En los campos de la tierra
hay unas flores muy rojas,
pues la sangre de inocentes
ha germinado en memoria.
Las abejas que las liban
saben de hieles y mieles;
la amargura del pasado
se hace dulce en sus vientres.
Florecen en primavera
para dar fuerza a valientes;
y a veces han tapado
los cañones de la muerte.
A veces como claveles;
como amapolas a veces;
se hacen recuerdo en la mente
y huéspedes en el corazón.
En los campos de la tierra
hay unas flores muy rojas
donde liban las abejas
dando dulzura a la muerte.
Y, en este tiempo de otoño
donde muere tanta hoja,
la savia que me da vida
es mi eterna sangre roja.
Añoro la primavera
y aquí la estoy esperando;
aún nos queda un duro invierno
y veremos si llegamos.
De momento y p’ayudar
seguiremos empujando;
con más fuerza cuesta arriba,
con cuidado si es bajando.
De bueyes es nuestro carro,
pues no es carroza de reyes,
que no te engañen con leyes
los que te hunden en barro.
Levanta bien tu cabeza
y no ofrezcas tu cerviz
al descabello final
de quien tiene coto y perdiz.
Ya es hora de que el recuerdo
en sus huesos sea honrado
y quien quiera llevarle flores
tenga un sitio señalado.
No puede estar perdido
en cunetas enterrado,
cuando sus hijos y nietos
aún lo siguen buscando.
El Gallo del Alba.