Autor del artículo: Miguel Castro Villar
Con la crisis de 2008 nace un sentimiento de indignación que se hace visible con manifestaciones de protesta de varios sectores, como la sanidad o la enseñanza, entre otros, y se hace patente con la acampada en la Puerta del Sol de Madrid por parte de gente, en su mayoría jóvenes “antisistema”, pero sobre todo, gente harta ya de estar harta.
Ahí nace PODEMOS. Del que se dio en llamar el “El espíritu del 15J” surge un partido y para algunos, nace un sueño.
Liderado por Pablo Iglesias, en estrecha colaboración con Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejon, Carolina Bescansa, Luis Alegre entre otros, la mayoría procedente del mundo universitario. Estas personas de probada inteligencia y algunos con cierta experiencia en el asociacionismo – estudiantil, ecologista, vecinal, sindical, etc…pero bisoños en la alta política, quizás no calibraron bien a lo que se enfrentaban, o tal vez no conocían del todo bien al pueblo español.
Es probable que el éxito obtenido en las primeras elecciones a las que concurrían – 1249158 votos, 5 escaños en el parlamento Europeo- les diera la imagen falsa de que esto sería un camino de rosas, y el “sorpasso” al PSOE seria cosa hecha en un corto periodo de tiempo.
Mientras tanto, muchos de los que hacía tiempo habíamos caído en el escepticismo, volvimos a soñar que se podía romper con “el régimen del 78” Nos imaginamos que podríamos, por fin, buscar y enterrar dignamente a nuestros muertos, que el dictador asesino abandonaría su vergonzante y macabro mausoleo, que podríamos conjurar el peligro inminente de que se desmonte nuestra Seguridad Social, que en adelante tendríamos una enseñanza pública, laica, digna y de calidad, que romperíamos la relación de sumisión que mantenemos con El Vaticano, poniendo a la Iglesia en su sitio, impidiendo que siga manipulando y estafando al Estado. Y puestos a soñar, hasta soñamos que quizás algún día, la Guardia Civil se pudiera desmilitarizar, y los Borbones abandonaran España para siempre.
La reacción del capital y de los poderes facticos (lo de “reacción” ha sido sin querer) no se hizo esperar, y esos sí que entienden de manipulación – están en su medio natural, es su “modus operandi”- pusieron en marcha toda su siniestra maquinaria y no dejaron “títere con cabeza”. De Monedero a Errejon, de Echenique a Pablo Iglesias, pasando por la financiación Venezolana e Iraní y aderezado con cuestiones personales y sentimentales.
Huelga decir que esta ofensiva de bulos, difamaciones, mentiras y demás falsedades, no hubiera sido posible sin la entusiasta colaboración de la prensa, que salvo alguna honrosa excepción, se apuntó de inmediato al acoso y derribo, de forma y manera, que aunque las causas iban siendo desestimadas por parte de jueces y fiscales, en algunos medios seguían saliendo en portada e incluso abriendo informativos.
Aunque el mayor acierto de los poderes en la sombra, fue el de encender “la Hoguera de las Vanidades” cuyo primer fogonazo surgió en Vistalegre 2 donde Iñigo Errejon decidió echarle un pulso a Pablo Iglesias. Lo perdió y le ofrecieron como premio de consolación encabezar la lista a la Comunidad de Madrid. Pero Iñigo no se iba a consolar tan fácilmente y en un momento delicado e inoportuno, abandona la formación y se monta su propia candidatura, lo que propicia que la C M vuelva a quedar en manos de la derecha. Ahora repite la jugada presentando su candidatura a nivel nacional, desgajando aún más la precaria unidad de UP y sin ninguna duda restándole un considerable número de votos, lo que entusiasma a la derecha, pero sobre todo al PSOE, donde probablemente acabe el Sr. Errejon y su gente. ¿Legal y legítimo? ¡SI! ¿Moral y ético? ¡NO! Y menos aún en la izquierda donde la traición es menos tolerada a pesar de ser más frecuente.
Pero, hete aquí, que el Sr. Iglesias también está por la labor de echar su ración de gasolina a esta hoguera, y con todo lo que le está cayendo encima a su partido, se le ocurre la genial idea de comprarse, junto a su pareja, un chalet en Galapagar, tener mellizos e invertir cuatro meses en un permiso de paternidad, mientras dejaba a su partido huérfano de liderato en un momento sumamente delicado ¿es lícito y legítimo? ¡SI! ¿Es ético, moral, pero sobre todo razonable? ¡NO!.
Es probable que tenga una visión romántica, tal vez distorsionada de la política. Las personas que un día deciden dedicarse a esta “profesión” deberían tomárselo como una especie de apostolado. Su principal preocupación tendría que ser el servicio a los ciudadanos que le votan y que le pagan, pero sobre todo, que con el voto que meten en una urna en ocasiones van muchas esperanzas, y por lo tanto esta confianza que depositan en ellos, debería de estar por encima de cualquiera otra satisfacción personal.
Cuando al principio del articulo me refería a que “tal vez no conocían bien al pueblo español” quería decir que aquí la indignación dura lo que tarda en arreglarse la situación personal de cada uno – estudios, trabajo, afectos…- después la indignación pasa a ser cosa de otros.
El gran Calderón de la Barca ya lo dijo allá por el 1631 “Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son…”
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