Autor del artículo: El Gallo del Alba

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♦ Todo es politica
«Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre» (Aldous Huxley)
Hoy quiero traer a este espacio este texto del libro de Huxley «Un mundo feliz». En pocas palabras dibuja una realidad que a mí me resulta muy familiar a poco pensar en el motor y las correas de transmisión que mueven esta sociedad y los métodos que se emplean para conducir y determinar nuestras conductas e intereses. No voy a desgranar una a una las razones que me llevan a afirmar lo que estoy afirmando, pero al profundizar en el texto de Huxley y compararlo con la «realidad» (o trampantojo) me hace sentir más acompañado en mi forma de pensar y de analizar el modus vivendi de esta sociedad en la que me integro (a duras penas) y en la que juego mis bazas de indefenso quijote.
Cualquier parecido de la realidad con el texto de Huxley es… ¿pura evidencia? … Yo creo que sí… Cabalga la vida desbocada en las urgencias y precipitaciones de un sistema que clava sus espuelas en los ijares de los caballos perdedores que trabajan a destajo y se alimentan con escasez. Es necesario templar los ánimos y mirar amplia y profundamente la esencia de cada porqué y de cada paraqué… que habitan en el sistema.
Presumo que esta sociedad, sin darse cuenta, está siguiendo los dictados equivocados por desinformación, falta de análisis o miedo… defendiendo las cercas que la atrapan y convirtiendo en ídolos los imaginarios de los dueños de los becerros de oro que, a su vez, también son dueños del maná de cada día que escasea en la mesa del común de los mortales…
Pensemos… pensemos hasta encontrar las razones que nos mueven y ver si son las que nos «convienen» a corto, medio y largo plazo… porque como rige un proverbio indio «La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos»… Debemos, pues, asegurarnos de que ese préstamo les sea devuelto en la mejor de las condiciones… No podemos quedarnos pasivos ante las fuerzas que la explotan, esquilman y destruyen… ¡No podemos dejar a nuestros hijos sin un hábitat sano que nutra su futuro! ¡No podemos dejar a nuestros hijos el falso espacio de libertad que vive dentro de las cercas de los dogmas políticos, económicos, religiosos y mediáticos!
Si queremos que este mundo distópico alcance la Utopía (todo lo que se puede pensar se puede realizar) donde la equidad y la filantropía sean la esencia primordial de un sistema de plena libertad, tenemos que despertar de la hipnosis (soma que soma, toma que toma) que nos han inducido los malos encantadores a través de sus medios de programación, desinformación y propaganda. ¿Podemos dejarnos derrotar por la desidia y el miedo? ¿Podemos dejarnos acorralar y «encorralar» por las cercas de un sistema esclavizante…?
Es evidente que, para encontrar respuestas, es necesario hacer(nos) preguntas con la suficiente amplitud y profundidad. Yo propongo las siguientes:
¿Quién nos puso en esta noria, a perseguir zanahorias, dando vueltas sin parar y sin llegar a algún sitio donde poder descansar? ¿Quién con palo severo arrea a la humanidad para que ande ligera sin saber adónde va, negándole tiempo y espacio donde pararse a pensar?
¿Quién ha llenado de cercas esta cruda realidad donde el rebaño pasta entre lobos sin piedad que disfrazan lo que son bajo «lana» de metal? ¿Quién barniza la mentira con palabras de «verdad” haciendo que los engaños nos parezcan libertad y que sólo veamos máscaras cuando es carnaval? ¿Quién ha puesto tanto cebo en las trampas y en los anzuelos donde nos sirven el pan que buscamos cada día para poder nutrir la esperanza que nos guía? ¿Quién se esconde tras el velo que han tupido con misterios y entretejiendo los dogmas que nos rigen en la Tierra y nos prometen el cielo?
Entre pregunta y respuesta caben muchas reflexiones, ponderaciones y perspectivas de análisis; este asunto no es fácil, pues dentro de las circunstancias de cada cual hay infinitos condicionantes que inciden, de forma relevante, en las conclusiones y decisiones. Pero, cartesianismo mediante, existir exige pensar, y la que mejor induce a pensar es la duda. Por eso milito en la filosofía de las dudas, por instinto de supervivencia.
También vosotros, los que escribís estos artículos, actuáis como sumisos distópicos, Huxleyanos, y Orwellianos, siendo muchas veces pagafantas de la izquierda progre trasnochada (y progre demacrada), su pensamiento único, y el Ministerio de la Verdad, al que adoráis con fe ciega, aunque os esté dominando. Solo que en la actualidad George Soros, la OMS y las multinacionales farmacéuticas dictan, y Demagogia Sánchez es su subordinado.
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Hola Rodrigo.
En primer lugar, gracias por leer y comentar, pues soy de los que piensa que, como dijo Alejandro Carrión: “Las ideas contrarias clarifican las propias” …
Denis Diderot dijo que “La ignorancia está más cerca de la verdad que el prejuicio”. Y al hilo de este pensamiento de Diderot, que yo creo acertado, te diré que tu comentario está plagado de prejuicios de principio a fin y vacío de ideas, motivo por el cual tu mensaje nada en la confusión…
Das por hecho que los que escribimos estos artículos actuamos “como sumisos distópicos”, pero no das una sola razón que avale tal afirmación… Yo a ti no te conozco y creo que tú a mí tampoco me conoces, por lo tanto, no sé cómo puedes aventurar que soy un sumiso distópico, yo no podría afirmar de ti, sin conocerte, algo así, pues, de hacerlo, estaría hablando desde el prejuicio y desde la imaginación desinformada…
Haces un comentario que viene a ser algo así como “qué dice la izquierda que yo me opongo”, sin profundizar en argumentos o razones de base ponderadas y desarrolladas con objetividad… Pero bueno, cada uno es cada uno y sus cadaunadas… Y es que ni siquiera sabes si yo (aunque tú hablas en plural) soy de izquierdas, de derechas o ambidextro… por eso, creo que “saltar a conclusiones, rara vez conduce a felices aterrizajes” (no recuerdo quién lo dijo, pero me sirve para referirme, una vez más, a los prejuicios que se evidencian en tu comentario).
No sabía yo que la izquierda consumiera tantas fantas y que hubiera tantos sumisos huxleyanos y orwellianos dispuestos a pagar esa “aparente adicción a las bebidas azucaradas” … Pero es que, además, y los anales de la Historia lo atestiguan, a lo largo de los tiempos, los que se han posicionado en idearios de izquierda han saboreado más hiel que miel (no voy a entrar aquí en las razones, no merece la pena), por eso me niego a aceptar esa adicción a las bebidas azucaradas (Fantas) que tú les asignas (este párrafo léase con sentido del humor, por favor) …
También, te diré que si piensas que quien ha escrito el artículo es sumiso y actúa con fe ciega en los postulados o dogmas políticos, religiosos, económicos y mediáticos, deberías leer otra vez el artículo con un poquito más de atención… porque tus conclusiones no sólo son prejuiciosas, sino que también son erróneas…
Igualmente, te diré que tu comentario, también, va cargadito de mantras al uso que no pasan de ser afirmaciones vacías que carecen de un íter lógico razonado y razonable que las sostenga más allá de los prejuicios e ideas radicalizadas…
Después de leer tu comentario me he estado preguntando si hubieras dicho lo mismo sobre el texto del artículo si estuviera firmado por alguien que tú supieras que es de derechas, porque, comentarista Rodrigo, el meollo está en lo que dice dicho texto y no en la ideología de quien lo escribe, que tú presumes, no sé con qué información, que es de izquierdas… Yo admito tanto el consenso como el disenso sobre el contenido del artículo, pero me parece ridículo que tales posiciones se determinen por la ideología, conocida o presunta, de quien lo escribe… pues ello, de nuevo, nos lleva AL PREJUICIO (a tus prejuicios)… y, como dice Diderot (repito), el prejuicio está mucho más alejado de la verdad que la ignorancia (esto es lógico, pero no tengo ganas de perder el tiempo argumentando lo que para cualquier persona con mente abierta es evidente)…
Sobre Soros, la OMS, las multinacionales farmacéuticas y Sánchez… podría decirte algunas cosas, pero viendo la carga prejuiciosa de tu comentario y los mantras con los que te expresas, respetuosamente te digo que no merece la pena… no obstante, para finalizar, te dedico los siguientes versos:
Rodrigo, prejuicio en mente,
opina contra la izquierda,
lo que afirma no concuerda
con lo que es evidente.
Nada dice sobre el texto,
sólo acusa mantra en ristre,
yo pido que suministre
ideas sobre el contexto.
¡Llamarme a mí pagafantas
y a la izquierda trasnochada!
¡Qué chirriante Pinochada
me parece lo que cantas!
De tus dimes y diretes
contra la izquierda y la utopía,
sin que suene a guerra fría,
están llenos los retretes.
El Gallo del Alba.
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¡Qué paciencia, Gallo del alba! ¡Y qué derroche de didactismo para quien(es) no va(n) a escuchar porque sus prejuicios son mayores que su ignorancia! Ya lo dice el aforismo: «Cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo». Bon courage, te diría Diderot.
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¡Qué paciencia, Gallo del Alba ! Y qué derroche de didactismo para quien(es) no va{n) a escuchar porque sus prejuicios son mayores que su ignorancia. Como dice el aforismo:
«Cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo». Bon courage, que diría el admirado Diderot.
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Amigo » Gallo del Alba». Tu clarividencia y sensatez son dignas de envidia, por lo claro que te expresas. Sr. Rodrigo, relea el artículo y cuando menos, medítelo..
Saludos Javier
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